Reconstruir la historia de una localidad como Zalamea la Real, a priori, no es tarea fácil para el historiador, teniendo en cuenta la ausencia de fuentes de información directa (escritas o arqueológicas) que nos muestren una imagen nítida de la villa en el pasado. Los escasos vestigios hallados en el núcleo de población y en su término hacen que las lagunas se deban subsanar con el estudio de los procesos históricos desarrollados en localidades anexas. No será hasta bien avanzado el siglo XIII cuando se abran las puertas de la Historia a Zalamea, confirmándose fehacientemente la existencia de un núcleo poblacional en este lugar de tal importancia, que se usó como moneda de intercambio entre las dos grandes instituciones del momento: la Corona y la Iglesia. El elemento que mostrará este acontecimiento será el documento más importante emitido por la Cancillería Regia del Reino de Castilla durante la Edad Media: el Privilegio Rodado.
En los diferentes archivos de la ciudad de Sevilla se conservan actualmente 82 privilegios rodados, fechados entre 1251, cuando se otorga a la ciudad el Fuero de Toledo; y 1435, el firmado por Juan II, donde se concede a la ciudad Arcos de la Frontera. Tres de ellos afectan directamente a la historia de Zalamea la Real: los emitidos por Alfonso X en 1279 y 1280; y el firmado por Sancho IV en 1284.
Pero contextualicemos el propio hecho histórico: tras la conquista de la ciudad de Sevilla a los musulmanes por parte del rey Fernando III el Santo, el monarca debía dotar a la ciudad de un territorio propio con el que proveerse de los recursos necesarios para su crecimiento. Todo ello se desarrolló en el marco del llamado Repartimiento de Sevilla. El repartimiento de las tierras entre los afortunados, además del agradecimiento que quería mostrar la Corona a sus colaboradores, tenía otros objetivos más importante: primero, la repoblación de los lugares donados, teniendo en cuenta que gran parte de ellos estaban totalmente desiertos, y los que no, habían sido casi despoblados por el proceso bélico; y segundo, mantener a raya a los reyezuelos árabes que aún pululaban a lo largo de los límites fronterizos de las tierras conquistadas recientemente. Las Ordenes Militares fueron las encargadas de velar por la seguridad ante las continuadas incursiones musulmanas en la mayor parte de estas zonas limítrofes.
La Corona y la ciudad de Sevilla fueron las mayores beneficiarias en la primera etapa. La Iglesia hispalense, en pricipio, no obtuvo todos los beneficios propios de una institución de su calado: apenas unas rentas y muy pocos bienes. Habría que esperar hasta el año 1252 para que el arzobispado sevillano recibiera una dote de importancia: a través de un privilegio rodado fechado el 5 de agosto de 1252, y expedido por ruego del hermano del rey ( y primer arzobispo tras la reconquista de la ciudad), el infante don Felipe, el monarca entregaba a la iglesia todas las mezquitas sevillanas, a excepción de las tres que estaban en la judería y que fueron transformadas en sinagogas para el culto de la comunidad judía que residía en la ciudad.
Pero a partir de 1258 la situación cambiaría para bien de la Iglesia de Sevilla. El rey Alfonso X, como patrono de la institución eclesiástica, consideró oportuno dar toda la fuerza necesaria a la institución para que se consolidara. Así, su hermano dejaría la cabeza del episcopado para que el obispo de Segovia, Raimundo de Losana (o Losaña) -Don Remondo-, fuese nombrado Arzobispo de Sevilla. Una de las principales dotes de esta nueva etapa sería la cesión a la iglesia de la villa y castillo de Alcalá de Guadaíra, disgregados del concejo de la ciudad. Concesión que a la larga afectaría a la cesión de la tierra de Zalamea a la mitra hispalense.
El rey había estimado como lugares de poca importancia estratégica para la defensa del territorio las zonas cedidas a la Iglesia en los primeros años del arzobispado de Remondo. Pero pronto se dio cuenta de que la situación estratégica era de mayor importancia, sobre todo en la defensa del lugar de Alcalá de Guadaíra. Siguiendo a Manuel González Jiménez, los benimerines actuaron perpetrando incursiones en las tierras sevillanas hasta mediados de 1277. Las razzias afectaron gravemente a la zona del Aljarafe, y entre otras localidades, una de las afectadas fue Alcalá. Alfonso X, a finales de ese mismo año, decidió intervenir personalmente en la zona, viendo cómo la Iglesia no podía hacer frente a la despoblación a la que estaba abocado el lugar y a la propia defensa de las tierras. Se ordenó por ello una nueva repoblación. Había que reforzar la frontera con el reino de Granada. Y para ello, las Órdenes Militares, que ya desde la rebelión de los mudéjares en 1264 estaban llevando a cabo los trabajos de repoblación y defensa de algunos lugares, se hicieron presentes en este ámbito. Cazalla, hoy Puebla de Cazalla, quedaría bajo la defensa de la Orden de Calatrava. En este contexto se llevaría a cabo una muy compleja operación de cesión y cambio de territorios entre la citada Orden Militar, el concejo de Sevilla y el Arzobispado Hispalense, a iniciativa del rey, que afectarían directamente a Zalamea.
El 16 de diciembre de 1279 (1317 de la era hispánica), el Rey sabio emitía un Privilegio en el que intercambiaba Cazalla por Almonaster y Zalamea: …damos por nos e por nuestros herederos a la iglesia de Sancta María de la noble cibdat de Seuilla e a don Remondo, arzobispo della, e a los que después dél uernán, e al cabildo desse mismo lugar, el castiello e la villa que ha nombre Almonaster e el logar de dizen Çalamea. Este sería un privilegio rodado de Concesión puesto que, como su propio nombre indica, concedía a la iglesia Almonaster y Zalamea a cambio de Cazalla.
Pero el documento escondía un error burocrático que debió ser subsanado en los días venideros: el 15 de diciembre de 1279 (un día antes de la firma del privilegio), la Orden de Calatrava recibía la villa y castillo de Cazalla, que habían estado bajo tutela eclesiástica desde 1260, a cambio del lugar de Cerraja y los demás heredamientos que la Orden poseía en término de Alcalá de Guadaíra. Alfonso X no tuvo en cuenta este hecho y el 11 de enero de 1280, a través de un nuevo privilegio el rey aprobaba la permuta realizada entre el cabildo de la Catedral y el concejo de Sevilla en virtud del cual el Alfonso entregaba a la Iglesia Cazalla (la Orden de Calatrava volvía a quedarse con el lugar de Cerraja) y a su vez el arzobispado cambiaba con el concejo hispalense por Almonaster y Zalamea. El escribano del concejo de Sevilla, Gonzalo Pérez fue el encargado de redactar la carta de intercambio; mientras que el encomendado a escribir el privilegio real de confirmación de trueque fue el escribano Johan Pérez, hijo de Millán Pérez. Este segundo privilegio ratificaba el anterior, una vez subsanadas las potestades jurisdiccionales de cada lugar intercambiado.
El 10 de agosto de 1284 Sancho IV, con el objeto de congraciarse con la ciudad y la iglesia de Sevilla, que habían sido fieles al rey sabio en las injerencias de su hijo Sancho en el acceso al trono emitía un nuevo privilegio donde recogía y ratificaba todos los privilegios emitidos por Alfonso X. Este privilegio, denominado de Confirmación, de nuevo recogía en su contenido la cesión de Almonaster y Zalamea a la Iglesia hispalense. Durante 3 siglos (1279-1579) Zalamea estaría bajo la tutela arzobispal.
José Manuel Vázquez Lazo.
La provincia de Huelva. Historia de sus villas y ciudades. Zalamea la Real
Don Raimundo o Remundo de losana, es en realidad Don Ramón Pérez de Lozana, hijo que fue de D. Cristobal PÉREZ (primer ministro de Alfonso IX de León y de Doña Teresa DIAZ DE CASSO, hermana de Don Alvar DIAZ DE CASO, ricohombre que lucho en las Navas de Tolosa. sus hermanos fueron Iban PÉREZ al que llamaron de Lozana o Lezana, por ser señor de esta casa en el concejo de Pilona y de Antolín PÉREZ provedor de los ejercitos, lo que luego se llamó, Comisario General, este ultimo es el progenitor del alpellido PANIZO de origen Español ya que hay otro apellido PANIZO que es Padua. Yo soy de la opinión que Hugo de Lozana o Losana y su esposa Regina, parientes cercanos de este, puediera ser que hermano de Ricarda o de Hugo. pero esto no lo puedo documentar
ResponderEliminarGracias por el dato.
ResponderEliminarcomo dato de curiosidad, el que sustituyo en el cargo a Don Raimundo de Lozana, en el Arzobispado de Sevilla, fué Fernán PÉREZ, que como ponen en los escritos a hidalguia, es sobrino de este, osea sobrino de Don Raimundo.
ResponderEliminarJ. PANIZO G.
En
ResponderEliminarEn el Noviliario y Señoría de los Reinos de España, vemos como a Don Remundo o Raimundo de Losada, se nombra como en el expediente de la familia Paniço mas tarde Panizo, y pone que Don Ramón de Lozana y no Losada, es hermano Ivan Pérez de Lozana. Sin embargo no pone quienes son sus padres, que en la historia se señala que Nacido en Segovia, y fue hijo de Hugo de Losana y de Ricarda; Fernando Velázquez, que después sería también obispo de Segovia, fue su hermano y n sus tiempos de escolar le sacó un ojo a uno de sus hermanos, y como penitencia marchó a Roma, donde hizo sus estudios.
ResponderEliminarEn el expediente de hidalguía de Panizo hace muchas veces mención a los Anales Seculares y Eclesiásticos de la muy noble ciudad de Sevilla, mencionando a varios descendientes de D. Cristobal Perez, como caballeros de dicha ciudad. Mi pregunta es ¿por que mantienen todos los firmantes del expediente que don Ramón de Lozana Arzobispo de Sevilla, es hijo de D. Cristobal Peréz "Ingerto", cuando en dicha obra se habla largo y tendido de don Raimundo afirmando que es hijo de Hugo y Ricarda. Y no solo eso, también ponen que la historia de D. Cristobal Perez, esta sacada de escrituras autenticas de la época de un monasterio de Oviedo que quiero omitir. Todo un misterio.
En una ejecutoria se nombra como referencia a Juan de Arce en su Noviliario Original (1553) "con que nos hallamos, escrito en tiempo del Señor D. Phelipe Tercero, foleo nº 88 en cuias antiguas noticias, vemos algún indicio de su origen, pues hablando al capítulo 165 del Linaje de Lozano":e quando el muy Santo e Noble rey de Castilla D. Fernándo ganó a Sevilla, suplicó al Papa que en la iglesia Catedral de allí oviere Arzobispo como en tiempos de los Godos. El Santo Padre envió a aquel loable varón, así por ser de gran linaje e sciencia, e natural de Castilla, el cual se llamaba D. Ramón de Lozano Trápaga y que fue el primer arzobispo que hubo en Sevilla, después de la perdición de España... y sigue y el hermano de éste arzobispo D. Ramón, fue muy buen caballero y se llamó Juan Pérez de Lozano Trápaga...
ResponderEliminaren el Tomo IV del Theatro de San Benito sobre las iglesias de España, sin embargo dice a la pretensión de ser hijo de Hugo y Ricarda, que por no ser nombres éstos castellanos, debieron ser de origen francés... https://books.google.es/books?id=qS_AbjmCQuEC&pg=PA70&lpg=PA70&dq=hugo+de+Losana&source=bl&ots=KPNodg79ho&sig=Q1_ihvjb45oyPchJLf1511NSoM0&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwir4u6JluzRAhWFPRQKHbD7D_QQ6AEIITAB#v=onepage&q=hugo%20de%20Losana&f=false
ResponderEliminarPrivilegio del Rey Alfonso IX de León a su primer ministro de Guerra y Valido D. Cristobal Perez "Ingerto": El Rey dispone a su Vasallo Juan Rodriquez, no cobre impuestos alguno a los hijos, nietos y viznietos de Cristobal Perez, vecinos de Ibias, ni de sus descendientes, por cuanto habian hecho presentación de una carta donde constaba su antigua y presente cualidad y nobleza de sangre, con la exención de todo pecho o tributo, como caballeros hijodalgos de sangre. Dado en Valencia a 16 de Abril Era de 1263 - y conformación de los descendientes de aquel linaje hecha por el Rey don Felipe V en la Villa de Madrid a 13 de Marzo de 1706 - también consta en los libros Certificación de ambos documentos el escribano del Ayuntamiento de Espinareda D. Isidro Rodriguez año de 1728. Archivo de la Audiencia. Legajo de Padrones e hidalquias de concejo de Ibias.
ResponderEliminarHijos de Don Cristobal Perez "Ingerto" Iban Perez, que llamaron de Lezana, por ser Señor de esta casa en el Concejo de Pilona o Piloña, de quien proceden los livianas de Asturias y otras familias novilisimas, tubo también a Antolín Perez, llamado el Alentado, progenitor del apellido Paniço o Panizo, quien sirvio en varias espediciones con el Rey Fernando el Santo, que se ofrecieron en Andalucia, donde obtuvo el cargo entre otros puestos de GRANDE ESTIMACIÓN y PROVEDOR GENERAL DE LOS EJERCITOS, lo que a fecha de este expediente corresponde a Comisario General. Y a Ramón PEREZ, que como pone en ratificación del Rey felipe V, fue varón muy docto y ejemplar y que fue primer Arzobispo de Sevilla despues de la reconquista.